10/1/08

LiTeRaTuRa GóTiCa

El adjetivo gótico deriva de que gran parte de estas historias trascurren en castillos y monasterios medievales. En sentido estricto, el terror gótico fue una moda literaria, fundamentalmente anglosajona, que se extendió desde finales del siglo XVIII hasta finales del siglo XIX, como reacción al Racionalismo. En la literatura de terror moderna los viejos arquetipos no desaparecieron totalmente.
El movimiento gótico surge en Inglaterra a finales del siglo XVIII. El renacimiento del gótico fue la expresión emocional, estética y filosófica que reaccionó contra el pensamiento dominante de la Ilustración, según el cual la humanidad podía alcanzar el conocimiento verdadero y obtener felicidad y virtud perfectas; su insaciable apetito por este conocimiento dejaba de lado la idea de que el miedo podía ser también sublime.
Las ideas de orden de la Ilustración van siendo relegadas y dan paso a la afición por el gótico en Inglaterra y así se va abriendo el camino para la fundación de una escuela de la literatura gótica, derivada de modelos alemanes.
Las narrativas góticas proliferan entre 1765 y 1820, con la iconografía que nos es conocida: cementerios, páramos y castillos tenebrosos llenos de misterio, villanos infernales, hombres lobo, vampiros, doppelgänger (transmutadores, o doble personalidad) y demonios, etc..
Los ingredientes de este subgénero son castillos embrujados, criptas, fantasmas o monstruos, así como las tormentas y tempestades, la nocturnidad y el simple detalle truculento, todo ello surgido muchas veces de leyendas populares. La obra fundadora del gótico es El castillo de Otranto, de Horace Walpole (1765). Otras obras claves de esta corriente son Los misterios de Udolfo (1794), de Ann Radcliffe, El monje, de Matthew Lewis, publicada en 1796, Melmoth el errabundo (1820), de Charles Robert Maturin y Manuscrito encontrado en Zaragoza de J. Potocki. El Romanticismo exploró esta literatura, casi siempre inspiradora de sentimientos morbosos y angustiantes, que alcanzó su máximo desarrollo en el siglo XIX, a impulsos del descubrimiento del juego mórbido con el inconsciente.
Sin embargo, obras de pleno siglo XIX como Té verde, de Sheridan Le Fanu, Frankenstein, de Mary Shelley, El corazón delator, de Edgar Allan Poe, y, más adelante, Janet, Cuello Torcido, de R. L. Stevenson, Drácula, de Bram Stoker, El horla, de Guy de Maupassant, Otra vuelta de tuerca, de Henry James, etc., puede decirse que superan el terror gótico, pues no reúnen las citadas características. Salvo en casos excepcionales, tienden al formato corto del cuento en menoscabo de la novela; no se recurre a las monjas ensangrentadas, ni son elementos necesarios los aullidos espectrales y los truenos, rayos y centellas de tormentas; no tienen por qué transcurrir en escenarios ruinosos, castillos y monasterios medievales; los fantasmas que presentan no están "encadenados"; apenas tienen que ver con leyendas populares... Por lo tanto pueden considerarse ya como obras plenamente representativas del terror moderno que alcanzará a nuestros días, si bien en este punto la opinión de los críticos está dividida.
En los relatos góticos se advierte un erotismo larvado y un amor por lo decadente y ruinoso. La depresión profunda, la angustia, la soledad, el amor enfermizo, aparecen en estos textos vinculados con lo oculto y lo sobrenatural. Algunos autores sostienen que el gótico ha sido el padre del género de terror, que con posterioridad explotó el fenómeno del miedo con menor énfasis en los sentimientos de depresión, decadencia y exaltación de lo ruinoso y macabro que fueron el sello de la literatura romántica goticista.
El escritor romántico español Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) incluyó en sus Leyendas algunos relatos de miedo muy meritorios como Maese Pérez, el Organista, El Miserere y El Monte de las Ánimas.
A fines del siglo XIX, Oscar Wilde tomó este subgénero con humor en su relato El fantasma de Canterville.
La escritora norteamericana Anne Rice, cuyas obras mezclan lo cotidiano con historias de vampiros y de erotismo oscuro, ha tratado de revitalizar, temáticamente, el terror gótico. H. P. Lovecraft, por su parte, lograría sintetizar en las primeras décadas del siglo XX la tradición que partía de lo gótico con la ciencia ficción contemporánea. Actualmente lo gótico aparece en algunos autores (al menos en determinadas obras): Angela Carter, P. McGrath, A. S. Byatt, etc.


CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA GÓTICA:
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Dentro de las características del movimiento gótico se encuentran:
Es melodramática, exagera los personajes y las situaciones con el fin de acentuar los efectos estéticos.
El autor crea un marco sobrenatural que facilita el terror, el misterio y el horror.
Existencia de lugares solitarios y espantosos que subrayan así los aspectos más grotescos y macabros de la producción.
Exaltación de la relación entre terror y éxtasis.
Embellecimiento de la muerte como un deseo por el dolor.
Importancia de escenario arquitectónico, para enriquecer la trama; las sombras y contornos de luz delimitan espacios y recrean sentimientos melancólicos.
Referencias a la locura, falta de racionamiento, bestialidad y demás situaciones inhumanas o sobrenaturales.
La polarización del bien y el mal, este último siendo interpretado por un hombre cruel que hará las de villano
El arte gótico es la utilización de elementos oscuros

8/1/08

Vida de Edgar Allan Poe




BIOGRAFÍA:

Nacido en Boston, Massachussets, en 1809, era el segundo de los tres hijos de un humilde matrimonio de actores, David Poe y Elisabeth Arnold, de ascendencia irlandesa e inglesa respectivamente. Fue abandonado a los nueve meses por su padre y a los tres años quedó huérfano de madre, siendo entonces acogido por el matrimonio formado por Frances y John Allan, de Richmond (Virginia). Su padrastro, del cual Edgar tomaría el apellido, fue un acaudalado hombre de negocios de ascendencia escocesa; hombre colérico e intransigente, jugó un papel destacado —negativamente hablando— en la vida del escritor; tenía tres hijos ilegítimos a los cuales trataba mejor. Mientras su madrastra, lo mimó siempre y le consentía todo y las palabras del pequeño Edgar "eran ley en la casa", según dejó escrito. Tuvo una educación sureña, plagada de leyendas que nutrieron al joven Poe, al igual que los capitanes de veleros que se acercaban a Richmond, que le inspiraron para su posterior obra de las Aventuras de Arthur Gordon Pymm.

Busto de Edgar Allan Poe en la Universidad de Virginia.
La familia Allan se mudó a Inglaterra cuando Poe contaba seis años. Allí estudió durante cinco años en un típico colegio británico de la época y se quedó prendado de los edificios góticos, plasmándose en su mente. También estuvo por Irvine (Escocia) maravillándole el folclore escocés. Empezó a leer a Walter Scott, creándole gran influencia, además de Joseph Addison, Alexander Pope y Ann Radcliffe. Sus libros de cabecera siempre fueron Ivanhoe y Manfredo de Lord Byron. De nuevo en Estados Unidos, con 11 años, siente complejo de inferioridad lo que le empuja a llamar la atención, como por ejemplo realizar fugas misteriosas. Empieza a escribir poemas inspirándose en Byron y se enamora con 15 años de la madre de un compañero de colegio, la cual murió inmersa en un delirio alocado, lo que reflejará en las heroínas de sus relatos y a la cual dedicó un poema Helen. Más tarde tendría una relación con Sarah Elmira Royster (ya de su edad), que sin embargo fue rechazada por el padrastro de Edgar.
Años más tarde, en 1826, comenzó los estudios universitarios en la Universidad de Virginia, en la ciudad de Charlotesville, donde se distinguió en las asignaturas de latín y francés, además de estudiar italiano y español. Se cultivó mucho en esta época ya que leía todo libro que caía en sus manos. Sin embargo, no terminó el primer curso académico, al serle retirada la ayuda paterna debido a sus deudas de juego y sus problemas con el alcohol y el láudano; antes de irse quemó su habitación con todos sus muebles. En 1827, y bajo el nombre de Edgar A. Perry, se alista en el Ejército, en el que permaneció dos años y fue ascendido a sargento mayor. Entre 1827 y 1829 publica en Boston, gracias al editor Calvin Thomas, sus dos primeros libros de poesía: Tamerlán y otros poemas y Al Aaraaf, Tamerlán y poemas menores. Entre ese tiempo murió su querida madrastra Frances, sumiéndole en una gran melancolía, algo constante en su vida. A raíz de una breve reconciliación con su padrastro, en mayo de 1830, solicitó una plaza en la academia militar de West Point, carrera que también abandonó a causa de nuevas desavenencias con Allan y de la retirada de su apoyo, aunque conservaría el capote de cadete durante toda su vida.
Su tía Clemm lo acogió junto a su hermano William Henry y su prima Virginia en la ciudad de Baltimore, convirtiéndose en su nueva familia. Se enamoró de una vecina de su tía, una tal Mary Deveraux, con la que se hace novio durante un año, al terminarse la relación por las continuas escenas de celos de Edgar y el descontento del padre de ella, el cual le llegó a pegar una paliza. En 1832 consigue publicar cinco relatos en el periódico Saturday courier, de Filadelfia. Dedicado al periodismo, a lo largo de los años fue redactor, redactor jefe y editor en periódicos y revistas como "Southern Literary Messenger", "Burton's Gentleman's Magazine" y "Graham's Magazine" entre otros, desplazándose continuamente entre Boston, Baltimore y Nueva York, pues se mostró incapaz de asentarse en un trabajo fijo, debido a su mala salud, el alcohol y las deudas. En 1833 obtuvo el primer premio en el concurso literario organizado por The Baltimore Saturday Visitor con su relato Manuscrito hallado en una botella. En 1834 murió su padrasto sin dejarle herencia, cosa que le afectó. En 1836 se casa con su prima Virginia de 13 años, a la que llegó a querer hasta la locura y era la que lo unía al mundo real. Le dedicó un poema, Anabel Lee. Como en estos años no tuvo trabajo fijo, se dedicó con entusiasmo a escribir relatos, creando los mejores de su obra. Fue asesor editorial del Burton's Gentelman's Magazine, el cual gracias a él elevó su tirada. Luego lo abandonó por causas no conocidas. Fue director de editorial del Graham's Magazine, el cual debe abandonar por sus frecuentes borracheras, pero aumentó el número de subcriptores en 35.000. En 1845 llegó a convertirse en propietario del "Broadway Journal", de Nueva York, que sin embargo cerró al año siguiente por problemas económicos. Su estilo agudo y en ocasiones cruel, especialmente tratándose de crítica literaria, le granjeó cierta notoriedad en la costa Este. Compaginaba su actividad periodística con la publicación de sus escritos.
En 1840, en la ciudad de Filadelfia, (Pensilvania) logró publicar, en dos volúmenes, una recopilación de sus relatos aparecidos en prensa: Tales of the Grotesque and Arabesque (Cuentos de lo grotesco y arabesco), que contenía algunas de sus obras más importantes (La caída de la Casa Usher, Ligeia, Manuscrito hallado en una botella) y hoy es considerado uno de los hitos más importantes en la historia de la literatura fantástica de todos los tiempos. Además con El escarabajo de oro consiguió ganar de nuevo otro concurso literario. Durante esta época sus cuentos se valoran y obtiene una gran reputación. Sin embargo, fue uno de sus poemas, El cuervo, el que por fin le dio fama nacional y aclamación por todos al ser publicado en el periódico Evening Mirror el 29 de enero de 1845. Cubierto de gloria, realiza en esta época una gira por el país recitando poemas y relatos gracias a su magnífica y embrujadora elocuencia.
Pero el éxito y la alegría acabó pronto ya que en 1846 quiebra su publicación y por si fuera poco su amada Virginia muere por tuberculosis el 30 de enero de 1847. La desesperación y la depresión llaman de nuevo a su puerta y se entrega de nuevo al alcohol y a vagabundear por las calles. Lo que siguió fueron meses de desvarío y excesos, aunque surgen poemas como Ulalume y el ensayo cosmogónico Eureka.

Placa colocada en el lugar de entierro original de Poe en Baltimore, Maryland, antes de su traslado.
Según se aprecia en su correspondencia, Poe sufrió durante toda su vida fuertes depresiones nerviosas, de las que se defendía, como se ha visto, por medio del láudano y el alcohol. Fue además continuamente asediado por problemas económicos, muchas veces derivados de dichas aficiones. La enfermedad y posterior muerte de su mujer por tuberculosis (al igual que su madre biológica) en 1847, y varios fracasos posteriores (ya al final de su vida) en sus relaciones amorosas, agravaron su alcoholismo. Buscó la compañía de mujeres como Marie Louise Shew, Annie Richmont o Sarah Helen Whitman. Hay propuestas de matrimonio pero Poe ya no tenía ilusión por nada, aunque el reencuentro con un antiguo amor de juventud, Elmira, lo animó a contraer matrimonio con ella, con la condición de que dejara el alcohol y las drogas. La fecha de la boda estaba concertada para el 17 de octubre, se le vio en Richmond entusiasmado e incluso feliz, pero cuando el poeta se dirige a Baltimore con el propósito de visitar a unos amigos, se le pierde la pista.
El 3 de octubre de 1849 fue encontrado en estado de desvarío y con ropas que no le correspondía frente a una taberna en la ciudad de Baltimore, Maryland. Probablemente afectado de delirium tremens, fue trasladado al Washintong College Hospital, donde fue atendido por el doctor James E. Snodgrass. Sufrió alucinaciones, delirios y extravíos, y opuso resistencia a los enfermeros alternado esto con lucidez. Al final murió en la madrugada del 7 de octubre. La leyenda, recogida por Julio Cortázar en el prólogo a sus traducciones de Poe, cuenta que en sus últimos momentos invocaba obsesivamente a un explorador polar, llamado Reynolds, que había servido de referente para su novela de aventuras fantásticas La narración de Arthur Gordon Pym, y que al expirar pronunció estas palabras: "¡Que Dios se apiade de mi pobre alma!".
La causa precisa de su muerte es aún hoy controvertida, habiéndose señalado la posibilidad de que sufriera diabetes, varios tipos de deficiencias enzimáticas, e incluso rabia.
El doctor James E. Snodgrass escribiría después de la muerte de Poe sobre las circunstancias en que se lo encontró y sus últimas horas.
La obra epsitolar de Poe fue intensa durante toda su vida y es sobrecogedor leer las cartas de sus últimos meses en los que incluso pedía a su tía que muriera junto a él.